"Los mareados" Relato de un sueño.

Una noche más, dejé que la música inspirara mis sueños y conduciéndome hacia él los recuerdos...Mientras en mi auricular la fascinante y grave voz de Adriana Varela me decía: "Rara, como encendida, te halle bebiendo linda y fatal; bebías y en fragor del champán loca reías, por no llorar..."
...Ahí estaba yo, inmersa en un pueblito pequeño desconocido para mí, en aquel sueño lucido. El calor abrazaba las calles de tierra y las gastadas veredas por las que caminaba, con prisa pero con calma, que provocada el saber hacia donde me dirigía...
A lo lejos podía percibirte, no necesitando mas mapa que el de mi piel... Estabas sentado en el umbral de un negocio que se encontraba cerrado, sus persianas bajas dejaban ver, como paisaje de fondo, la desgastada pintura.
Una brillante sonrisa invadía nuestros rostros. Tus ojos, que siempre lo dicen todo, me daban los términos justos, esos que tantas veces te escuche decir...
Llevabas en tus manos una bolsa de manzanas. Junto a vos comiendo una de ellas, se sentaba una niña. Ella, pequeña, desalineada y con una mirada viva, saboreaba una manzana mientras su rostro de limpiaba tras su jugo...
Nos unimos en un abrazo, y como cada vez que logramos un encuentro, nuestros cuerpos se encendieron en pasión... Los besos subieron a manzana...ese prohibido sabor de la felicidad...
Solo una noche en la que los abrazos, los besos y las manzanas fueron el ritual perfecto del amor. Ritual suficiente para palpar una deseada realidad...
Callada y junto a nosotros permanecio la pequeña desconocida.
Los sueños al despertar pueden o no recordarse...yo además recordé dormirme en el momento justo que la gata me cantaba..." ...tres cosas lleva mi alma herida, amor, pesar, dolor..."